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The Most Famous Artist |
¿Alguna vez se han preguntado para qué sirven las
galerías de arte? Hace unos días tuve la oportunidad de visitar una galería y
esta idea pasó por mi cabeza. A decir verdad, fui con la intención de ver una
nueva colección de una artista que me gusta mucho, ahí surge nuestra primera
respuesta: las galerías permiten admirar obras de arte. Pues bien, si es cierto
que sirven como una especie de vitrina (además muchas veces las obras se
encuentran protegidas con vidrio así que esto va bien con la idea) en la cual
vemos y buscamos apreciar los cuadros y las esculturas, ¿no es más bien una
manera para el artista de sentirse apreciado e incluso admirado? He aquí
nuestra segunda respuesta. A pesar de que sea la segunda, no es menos
importante que la primera, incluso la considero más interesante y de hecho es
la que me gustaría desarrollar más.
En otras oportunidades he mencionado lo mucho que
me gusta el arte y que tengo el placer de decir que soy una artista en
crecimiento. Como artista (repito, en formación) he tenido momentos de
frustración y de lo que yo llamo “bloqueo mental”. Para muchos se manifiesta de
la manera más simple: tener el pincel en la mano y no saber que pintar. No solo
puede ser al pintar, recuerdo que cuando empecé con este blog quería escribir
de todo y no sabía por dónde empezar así que no escribía nada. Cuando este
bloqueo termina, porque gracias a dios es pasajero, sentimos un alivio
indescriptible que incluso un amigo mío denomina: “orgasmo creativo”. Así pasamos
a una segunda etapa, estamos tan orgullosos y excitados (para continuar con la
metáfora del orgasmo) con nuestro trabajo que simplemente no sabemos qué hacer
con él. De pequeños la solución era mostrárselo a mamá y papá, no había mayor
satisfacción que ver nuestra obra maestra pegada en la nevera. Al crecer nos
dimos cuenta de que no era suficiente, necesitamos más reconocimiento, buscamos
tener la mejor nota o ganarnos una carita feliz de la profesora de artes
plásticas. Poco a poco la idea de que a la gente le guste tu trabajo se vuelve
más y más atractiva, las galerías se vuelven las neveras de los artistas. Sin
embargo hay unos que afirman que su trabajo es “por amor al arte”, su motivación
es saber que están embelleciendo el mundo una obra a la vez.
En mi opinión, los artistas deberían crear esas
piezas para sí mismos, porque les nace la necesidad de plasmar esas sensaciones
y sentimientos sobre un material tangible de manera de que sea más real. Considero
que en un principio si debe ser así, no creo que un pintor piense en lo que dirán
los espectadores al encontrarse con su obra. Precisamente esto me parece muy
curioso, por una parte tienen ese deseo hedonista de demostrar que son capaces
de crear semejantes obras y por otra parte tienen un mercado increíblemente interesante
desde un punto de vista económico. Sin embargo, la parte creativa es lo que
hace tan difícil ganarse su lugar en esta industria, justamente por el hecho de
que es bastante complicado satisfacer todos los gustos. Con esta última idea
pienso que podemos decir que aquellas obras que figuran en las galerías no son
necesariamente las mejores (no considero que sea un término que sea válido en
el arte), más bien pienso que muestran la diversidad de formas y representaciones
que puede tener una misma idea o sentimiento. Existen mil y un galerías a las
cuales hay que sumar los museos de arte y las colecciones privadas, siento que
todos ellos son lo que me gusta llamar “el lugar feliz” de los artistas, puede
que no estén en el MOMA o en el Louvre pero esa galería les permite expresarse
y de cierta forma hace que su trabajo no sea en vano, no solo involucran a la
comunidad sino que también les dejan un mensaje o una reflexión.
Creo que hay una sola respuesta a nuestra pregunta:
las galerías de arte son plataformas que permiten introducirse a un mundo
completamente nuevo, un mundo diferente que quizás parece extraño y que está
lleno de muchísimas cosas bellas, estos lugares son un medio de escape para
abstraerse de la realidad. Para los artistas se trata de compartir sus sentimientos y además de ganar reconocimiento emocional y financiero, para el espectador se resume a una nueva experiencia, cada galería es una sensación distinta.
Una de las cosas más bonitas que hay,
es estar frente a una obra de arte y que te haga sonreír, tal vez llorar o
incluso rascarte la cabeza preguntándote si estás viendo lo que debería ser,
hace que se active tu curiosidad y te den ganas de interactuar con el creador
de la obra, y quién sabe quizás hasta de ser tú también un artista.